Aunque desde hace tiempo se sabe que el país dispone de abundantes recursos naturales para producir energía limpia, el actual escenario evidenció que ésta no sólo es beneficiosa para el medio ambiente. Así lo cree el diputado Juan Carlos Villalonga, quien destaca los competitivos precios que hoy ofrecen los proyectos eólicos y solares.
A lo largo de la historia, la Argentina ha tenido buenas oportunidades de desarrollo y en más de una ocasión las ha dilapidado. Así lo cree Juan Carlos Villalonga, diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y ex presidente de la Agencia de Protección Ambiental (APrA). “Hay que hacernos cargo de ello. No coincido con esa frase de que estamos ‘condenados al éxito’, sino que debemos construirlo. En ese sentido es que tenemos que aprovechar la actual coyuntura, la cual representa una ‘tormenta perfecta’ en favor de las energías renovables”, aseguró el legislador durante su presentación en la cumbre “Viento & Energía 2016”.
Villalonga: “El actual escenario nos resolvió las dudas que quedaban acerca de la competitividad de las fuentes energéticas alternativas. Hoy la energía eólica y cada vez más la solar son competitivas”
A su entender, está de más hablar sobre la sabida abundancia de recursos naturales en el país. “Es sabido que contamos con uno de los mejores recursos eólicos continentales a nivel mundial, decenas de veces por encima del consumo eléctrico nacional y con un potencial para satisfacer la demanda de toda Latinoamérica. La novedad es que el actual escenario nos resolvió las dudas que quedaban acerca de la competitividad de las fuentes energéticas alternativas. Hoy la energía eólica y cada vez más la solar son competitivas”, ratificó.
Según sus palabras, el sector energético, en general, y el eléctrico, en particular, ya lo están asumiendo. “Incluso el ministro de Energía, Juan José Aranguren, que viene del sector petrolero, lo dijo claramente”, ejemplificó.
Asimismo, expresó, el país tiene la necesidad de achicar la brecha de importaciones energéticas, parte fundamental del deterioro económico. “Esas compras requieren dólares constantes y sonantes, lo que genera cepos y todo tipo de dificultades. Importar combustibles es, de hecho, la manera más burda de quemar divisas”, sentenció.
A decir de Villalonga, está en la cabeza del presidente Mauricio Macri que no hay otra opción más competitiva y veloz para desplegarse en los próximos cuatro años que las energías renovables. “Obviamente también habrá licitaciones térmicas. Pero más allá de que en el verano seguramente tendremos cortes en el suministro, la única inversión virtuosa en materia energética para dar respuesta a la cuestión del abastecimiento sin agravar el problema de las importaciones es la que apuesta por las fuentes renovables”, remarcó.
En los próximos cuatro años, anticipó, se producirá el despegue de esa industria en el país. “No estoy haciendo proselitismo, sino que estoy convencido de que vamos a dar ese salto. El sector renovable dejará de ser una promesa para ser un rubro económico de peso, que promueva el empleo y genere grandes beneficios. Estoy viviendo casi como un sueño que hoy los economistas y las consultoras hablen tanto de estas energías”, admitió.
Gratas novedades
Un gran número de empresas presentaron proyectos dentro de lo estipulado por el Plan RenovAr. Para Villalonga, el éxito de la licitación era esperable, pero las ofertas estuvieron seis veces por encima de lo previsto. “Hemos llegado a valores parecidos a los que se pagan en países como Uruguay, Perú o México. Me conformaba con estar por debajo de los u$s 100 por megawatt (Mw), y se alcanzó un valor de u$s 60 en la energía eólica y de entre u$s 70 y u$s 80 para otras vías”, detalló.
Los fabricantes locales, reconoció, sienten que la licitación no los tuvo demasiado en cuenta. “Pero a medida que estas iniciativas se repitan, iremos mejorando y brindándole una mayor participación a la industria nacional”, aseveró.
En su opinión, todo indica que habrá una licitación de aproximadamente 1.000 Mw por año para llegar a una participación en la matriz de un 20% para 2025. “Prácticamente dos veces por semana me reúno con Pymes (de electrónica, de fabricación de paneles, etc.) que quieren empezar a ser parte de este proceso en la Argentina. Hay allí un futuro enorme”, señaló.
El tema de la generación distribuida, acotó, está cada vez más maduro. “Sólo nos falta una ley nacional. Las provincias han avanzado mucho al respecto sobre la base de permisos técnicos. El hecho de que las tarifas sean más realistas ayudará”, garantizó.
Para 2019 o 2020, proyectó, los usuarios estarán pagando el precio real de gas a boca de pozo, por lo que se vendrán dos aumentos tarifarios anuales. “Esto hará competitiva la generación solar térmica, lo que significará un gran ahorro en cuanto a importaciones gasíferas. Además, hay un proyecto en el Senado para impulsar la producción solar térmica que ojalá salga lo antes posible, para darle un marco genérico y de largo plazo a este rubro”, sostuvo.
La “vedette” de la generación eléctrica distribuida, expresó, será la fotovoltaica, cuyo aporte se está debatiendo en la Cámara de Diputados. “La idea es superar la mera habilitación técnica de las conexiones. Queremos, en ese sentido, que se amplíen los fondos para las tarifas de incentivos y que se segmente a los usuarios finales en función de las distintas potencias a instalar. Las Pymes podrían ser muy beneficiadas”, comentó.
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