Esta es una pregunta bastante recurrente que me han hecho en las últimas semanas dada la ola de calor que atravesamos y los cortes en el suministro eléctrico que se han hecho (una vez más)recurrentes y muy prolongados.
Dada las situaciones verdaderamente dramáticas que se viven al conjugarse las temperaturas extremas, el clima particularmente agobiante en las grandes urbes y la falta de electricidad, se deben adoptar medidas de emergencia que permitan restituir lo antes posible algunos servicios esenciales, particularmente en los edificios (bombeo de agua, energía ascensores). La respuesta tradicional para restituir el servicio en aquellos sitios donde es esencial sostener el suministro eléctrico, es colocar grupos electrógenos. Entonces la pregunta inicial es si esta respuesta de emergencia, basada en combustibles fósiles, podría ser reemplazada por fuentes limpias, como la energía solar.
La respuesta es NO, pero también puede ser SÍ.
Empecemos por el SI.
Generación renovable del lado de la demanda
La aplicación de las energías renovables de forma distribuida, generando energía en el mismo sitio donde se utiliza -del lado de la demanda- es un campo inmenso que aún no se ha explorado en nuestro país. Es en aplicaciones hogareñas o en edificios corporativos donde la energía solar fotovoltaica, por ejemplo, tiene un potencial inmenso y puede desarrollarse rápidamente. La generación solar y eólica a baja escala, lo que suele denominarse microgeneración, tiene aquí un nicho muy interesante, entre otras cosas, porque compite con el precio final de la energía, el precio que paga el usuario final, lo que facilita su amortización y una más rápida implantación.
No existen inconvenientes técnicos ni se requieren modificaciones estructurales en las redes eléctricas para comenzar a integrar generación distribuida desde los usuarios. En la Argentina existen desde hace más de 10 años experiencias puntuales de instalaciones fotovoltaicas integradas a la red, pero al no estar permitidas dentro del marco regulatorio actual ni, muchos menos, contar con un régimen de promoción, no se ha pasado de la etapa demostrativa.[1]
La energía fotovoltaica y la eólica de baja escala ya son económicamente competitivas en múltiples aplicaciones en sitios donde el suministro eléctrico (red pública) no llega. Así muchos hogares, escuelas, hospitales, puestos de servicios públicos, etc. cuentan con un suministro de electricidad gracias a estas fuentes. Pero éstas también tienen un rol valioso y económicamente conveniente generando para los usuarios de los servicios de distribución eléctrica. La energía fotovoltaica, por ejemplo, puede ser utilizada en las ciudades convirtiendo directamente su energía a corriente alterna para el consumo de los usuarios y volcando los excedentes producidos a la red pública. De ese modo el propietario tendría un medidor bidireccional que contará su consumo y descontará lo aportado por sus paneles a la red general. Esto ya ocurre en muchos países. La energía solar puede así ser masivamente introducida en las ciudades de modo tal que muchos techos y espacios urbanos actúen como auténticos generadores.
La generación distribuida permite aprovechar el potencial de las fuentes renovables a baja escala disminuyendo la demanda de generación desde los grandes centros de producción (centrales térmicas, hidroeléctricas, etc.) y, al mismo tiempo, hace más eficiente al sistema de distribución equilibrando demandas y disminuyendo las pérdidas de energía por transmisión a través de las redes a grandes distancias. La generación renovable del lado de la demanda está íntimamente ligada a una política de uso racional de la energía y es parte esencial a la hora de diseñar un futuro energético con gran integración de renovables.
Aunque existen diferencias regionales y estacionales muy significativas, en la mayor parte del territorio nacional se recibe una insolación muy importante y favorable para el uso de energía solar. La zona centro del país posee una insolación de unos 1.600 kWh/m2/año que es un excelente recurso, comparable con las regiones más insoladas de Europa y donde mayor potencia solar instalada se encuentra. Hacia el norte del país las condiciones son aún más atractivas para el uso de esta fuente de energía. Todo el territorio nacional posee buenas condiciones para aprovechamientos de micro-generación tanto eólica como solar.
La solar fotovoltaica se aproxima cada vez más a precios competitivos con la electricidad de la red. Los resultados de la segunda edición del estudio “PV Grid Parity Monitor” para el sector residencial, muestran que la paridad de red fotovoltaica (momento en que el costo de generar electricidad fotovoltaica es igual al costo de la electricidad de la red) ha avanzado para el segmento residencial en varias de las ciudades analizadas en su último informe, principalmente gracias a la disminución de los costos de instalación.[2]
El mencionado estudio pone de manifiesto que en el segmento residencial la tecnología fotovoltaica ya es competitiva frente a los precios minoristas de electricidad en muchas ciudades (por ejemplo en Sidney, Australia, en México D.F., en las ciudades de Roma o Palermo, en Italia, en Madrid, España, o en algunas regiones de Chile).
Para que el mercado de las renovables de uso residencial pueda desarrollarse, es necesario reducir las barreras administrativas y crear o mejorar los mecanismos regulatorios, por ejemplo las regulaciones de “net-metering”, para permitir así a los “auto-consumidores” volcar a la red su excedente de energía en condiciones atractivas. En el caso de nuestro país, los bajos precios de la electricidad residencial nos alejan de los precios de paridad, pero mediante incentivos apropiados, esa brecha puede acortarse.[3]
Un paso que puede ser muy significativo en este campo es la conformación en el 2011 de la iniciativa llamada IRESUD que procura generar una base de experiencia en relación con la interconexión a la red eléctrica de sistemas solares fotovoltaicos distribuidos, contemplando tanto cuestiones técnicas, económicas, legales y regulatorias. La iniciativa está conformada por dos organismos públicos, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de San Martin (UNSAM), y 5 empresas privadas.[4]
Las renovables a baja escala tienen un rol muy importante no sólo produciendo electricidad en los propios domicilios de los consumidores. También la solar térmica (colectores solares) tiene un rol significativo generando calor para sistemas de calefacción/refrigeración y calentamiento de agua por medio de calefones solares. Esta opción es una herramienta muy poderosa para disminuir demanda energética, por ejemplo, desplazando consumo de gas. Estos sistemas son ya competitivos y permitirían ahorros económicos muy importantes, particularmente, para los usuarios que consumen gas envasado, más caro que el distribuido por red.
La expansión de la solar térmica tiene el doble beneficio de generar ahorros de un suministro crítico como el caso del gas y tener, al mismo tiempo, un impacto social importante al permitir ahorros económicos en la población con menos recursos que hoy utiliza garrafas para el calentamiento de agua. Sin embargo es muy baja su implantación a pesar del excelente recurso solar disponible. Se estima unos 50.000 m2 de sistemas solares térmicos en operación en la Argentina, mientras Brasil contaba ya con cerca de 4.500.000 m2 a finales de 2011. Esta asimetría se debe básicamente a la ausencia de una política de promoción de la tecnología solar térmica y al bajo costo relativo de la energía, debido a los importantes subsidios aplicados a la demanda.
La solar térmica permitiría disminuir la demanda eléctrica y de gas domiciliaria y debiera ser parte de una política de implantación de las energías renovables en el lado de la demanda, del lado de los consumidores. Se estima que por cada 1.500 m2 de solar térmico operando se produce un ahorro energético equivalente a 1,6 GWh por año. Estimando una proyección potencial de 6.000.000 m2 (0,15 m2/hab.) eso representaría un ahorro de 6.400 GWh al año, un 5,3% de la demanda total del Mercado Eléctrico. Un valor comparable a la energía generada por las plantas nucleares.[5]
Para el caso de la energía solar fotovoltaica la situación es muy importante en términos de su desarrollo reciente, ya que su promedio de crecimiento anual global durante los últimos 10 años es del 48%, habiendo alcanzado la marca de 100 GW en el último año.
El mercado de solar fotovoltaica se segmenta en dos grandes aplicaciones. Por un lado están las instalaciones de generación fotovoltaica que operan como grandes generadores en el mercado eléctrico mayorista (utility-scale PV) y por otro, las aplicaciones de generación distribuida integradas a la red (rooftop PV). Esta últimas generan energía desde el lado del usuario en instalaciones hogareñas, edificios o industrias. La principal componente en el desarrollo del marcado de solar fotovoltaica está dada por estas aplicaciones distribuidas. En el siguiente gráfico se puede ver cuál ha sido la dinámica de las distintas fuentes durante el año 2012 en Europa, allí se puede ver la dimensión del mercado de solar fotovoltaica distribuida (Rooftop PV)
Capacidad neta de generación añadida en EU 27 durante 2012 (MW)
Esta generación distribuida permite que a la red de distribución eléctrica ingrese energía desde diversos puntos cercanos al consumo, de este modo se evitan pérdidas por transporte de energía y el sistema es más eficiente en su conjunto. Además esta generación distribuida permite que las redes no se vean sobrecargadas al tener que soportar grandes flujos de energía desde un extremo, del lado de la generación a gran escala, hasta los hogares, el otro extremo, la demanda. Es decir que la energía solar distribuida en la red permite construir un sistema más robusto para hacer frente a los momentos críticos de mayor demanda.
La evolución lógica, para la que Argentina viene con enorme retraso, son las llamadas “redes inteligentes” que permiten administrar con máxima eficiencia las diversas fuentes, tanto a gran escala como distribuidas, ajustándose a las demandas de los usuarios.
El sistema eléctrico actual se construyó hace más de cien años. Suministra energía eléctrica a los consumidores comerciales y residenciales, y atiende una demanda que no deja de crecer. Además, se trata de una relación unidireccional: los consumidores son receptores pasivos y no pueden participar como posibles productores domésticos. La mayor parte de la capacidad de generación actual está basada en combustibles fósiles. Para satisfacer tanto la demanda creciente de energía eléctrica, como la necesidad de reducir las emisiones de CO2, es necesario un sistema eléctrico que pueda dar respuesta a estos desafíos de forma sostenible, fiable y viable económicamente.
Las redes inteligentes suministrarán más electricidad para atender la demanda creciente, mejorarán la fiabilidad y calidad de la generación, aumentarán la eficiencia energética y serán capaces de integrar en la red a las fuentes renovables, en sus diversas aplicaciones, tanto de alta potencia, como en generación de baja escala. Estas redes tienen la capacidad de responder a la demanda y equilibrar el consumo eléctrico con la generación, así como también tienen el potencial de integrar nuevas tecnologías de almacenamiento de electricidad, y permiten la utilización a gran escala de vehículos eléctricos.
Los sistemas eléctricos sufrirán una importante evolución, mejorando su fiabilidad y reduciendo las pérdidas, las inversiones necesarias, y los costos de mantenimiento. La red, al ser más inteligente, mejorará el control sobre los costos energéticos y será una fuente de energía más fiable para los consumidores, los que podrán producir su propia energía y venderla a las distribuidoras. Los beneficios ambientales de las redes más inteligentes incluirán la disminución de los picos de demanda, la integración de más fuentes renovables y la reducción de emisiones.
En síntesis, la integración de la generación solar distribuida en la red (del lado de la demanda) ayuda a configurar un sistema más fiable, y por ende, capaz de enfrentar (evitar) las situaciones críticas de alta demanda como las que estamos atravesando. Además permite avanzar en la dirección correcta configurando una red eléctrica preparada para los desafíos de este siglo.
Ahora veamos por qué NO puede solar dar respuesta a la crisis energética ya desatada.
Para hacerlo transcribo un reciente informe que publicamos en la Agencia de Protección Ambiental (APRA) de la Ciudad de Buenos Aires.
Ejercicio: cálculo de la factibilidad de utilizar energía fotovoltaica para reemplazar el uso de grupos electrógenos ante los cortes de energía en las redes de distribución
Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires
Gerencia Operativa de Cambio Climático y Energía
Diciembre 2013
La crisis del sistema eléctrico nacional se evidencia en cada uno de sus segmentos. En épocas de temperaturas extremas, como las actuales, queda expuesta la fragilidad del sistema de distribución eléctrica. Las redes de distribución no están preparadas para sostener los altos consumos que se producen cuando subsisten olas de calor como las registradas en los últimos días de diciembre.
Los cortes de energía eléctrica se tornan frecuentes y cada vez más extendidos. Hasta tanto no se efectúen las debidas inversiones para adecuar dichas redes frente a un consumo que ha ido incrementándose, se deben adoptar medidas de emergencia para enfrentar la coyuntura y disminuir los múltiples inconvenientes que se provocan.
La utilización de grupos electrógenos se hace inevitable a la hora de poder sostener los consumos esenciales en edificios, oficinas, servicios públicos y actividades comerciales que no pueden ser interrumpidas. También las medidas de ahorro energético de emergencia son una respuesta adecuada para enfrentar la coyuntura (ver Anexo).
En este ejercicio verificamos si tal sistema de back up podría ser realizado por fuentes renovables como la solar y se puede ver que, en prácticamente ningún edificio, se podría instalar la cantidad de módulos fotovoltaicos necesarios para cubrir las demandas de energía básica de un edificio, ni siquiera para los meses de mayor generación solar. También la dimensión del banco de baterías es inviable en la mayoría de los edificios.
Esto no quiere decir que la generación fotovoltaica no sea eficaz y muy positiva su implementación masiva en el ámbito urbano, pero tales sistemas deben estar integrados a la red de distribución de manera tal que funcionen como micro-generación que se inyecta en diferentes puntos de la red. Esa generación distribuida hace más eficiente y robusto al sistema de distribución en general.
Para comenzar a utilizar masivamente la generación solar distribuida es necesaria una nueva regulación nacional que permita a los usuarios ser generadores e intercambiar con las distribuidoras sus excedentes. Esta es la solución estructural para tener redes más confiables y eficientes.
En las siguientes páginas se realiza un ejercicio de dimensionamiento de la necesidad de paneles fotovoltaicos para actuar como reemplazo de los grupos electrógenos. Se calcula la superficie necesaria para cubrir con módulos fotovoltaicos suficientes para abastecer los consumos de ascensor, bomba de agua y luces de emergencia de dos edificios.
Ejercicio
1) Cálculo de demanda de energía
kWh/día |
Edificio de |
|
6 Pisos |
14 Pisos |
|
Ascensor |
16.5 |
16.5 |
Bomba |
6.7 |
12.2 |
Iluminación |
5.6 |
11.2 |
Total |
28.8 |
39.9 |
Se estima la demanda de energía para un ascensor, una bomba de agua y luces de emergencia para dos edificios: uno de 7 pisos y uno de 14 pisos.
En cada caso se considera:
El ascensor tiene una demanda de energía promedio de 16.5 kWh por día (una potencia de 3.3 kW, con un uso de 5 horas diarias en promedio).
La bomba del edificio de 7 pisos consume 6.7 kWh al día (una bomba de 3 Caballos, bombeando 3 horas al día) y la del edificio de 14 pisos consume 12.2 kWh al día (una bomba de 5.5 caballos, bombeando 3 horas al día).
La demanda para iluminación se considera de 100 W por piso, durante 8 horas al día: 5.6 kWh al día para el edificio de 7 pisos, 11.2 kWh al día para el edificio de 14 pisos.
En total, entonces, el edificio de 7 pisos consume 28.8 kWh/día[6] para servicios esenciales, y el edificio de 14 pisos requiere de 39.9 kWh/día.
2) Cálculo de Insolación y generación por W pico instalado
|
Insolación |
Generación |
|
kWh/m2/día |
kWh/kWp/día |
Invierno |
2.2 |
3.3 |
Promedio |
4.7 |
4.8 |
Verano |
7.1 |
5.0 |
Se obtienen datos de radiación para la ciudad de Buenos Aires del sitio web de la NASA https://eosweb.larc.nasa.gov/sse/RETScreen/
Se analizan:
La radiación solar promedio, sobre un plano horizontal, es de 4.65 kWh/m2/d
La radiación solar en enero es de 7.05 kWh/m2/d
La radiación solar en junio es de 2.22 kWh/m2/d
Se considera también un 10% de pérdidas en el sistema, y una corrección por efecto de temperatura para el mes de enero de 15% (al aumentar la temperatura, la eficiencia de los módulos fotovoltaicos disminuye).
Dado que los módulos no se colocan horizontalmente, sino con una inclinación óptima, se corrige la insolación: en promedio, la insolación sobre el plano inclinado es un 15% mayor a la del plano horizontal; en el mes de junio, la insolación es un 66% mayor en el plano inclinado, mientras que en enero es un 7% menor.
En conclusión, tenemos que un kW de potencia solar genera 5 kWh de energía al día en un día caluroso de verano, 3.3 kWh al día en invierno y 4.8 kWh/día en promedio.
3) Cálculo de necesidad de potencia y cantidad de módulos
|
Cantidad de Módulos Necesarios (250 W) |
|
6 Pisos |
14 Pisos |
|
Invierno |
36 |
50 |
Promedio |
26 |
34 |
Verano |
24 |
32 |
Para abastecer un edificio de 14 pisos (39.9 kWh / día) con energía solar durante el invierno (3.3 kWh/kW/día), se necesitan 12 kW de potencia solar.
Si no se requiere cubrir la demanda de invierno, que es la más desfavorable para la generación solar, sino sólo la demanda promedio (la mitad de los meses del año), se necesitan 8.3 kW de potencia solar.
Si sólo se requiere cubrir las demandas de los días de verano (5 kWh/kW/día), se requieren 7.9 kW de potencia solar.
De igual manera, para un edificio de 7 pisos, se necesitan 8.7 kW de potencia fotovoltaica para el invierno, 6 kW para el mes promedio y 5.7 kW para el verano.
Para aplicaciones de estas potencias, lo más conveniente es conseguir módulos fotovoltaicos de alta eficiencia, que en general tienen alrededor de 250 W por módulo[7]
Entonces para el edificio de 14 pisos se necesitan, por lo menos, 49 módulos para abastecer la demanda en invierno (consideramos 50, para tener una cantidad par de módulos); 34 en promedio y 32 para el abastecimiento de verano.
Para el edificio de 7 pisos se requieren, respectivamente, 36, 26 y 24 módulos.
4) Cálculo de la superficie necesaria
(m2) |
Superficie de Terraza Necesaria |
|
6 Pisos |
14 Pisos |
|
Invierno |
108 |
150 |
Promedio |
78 |
102 |
Verano |
72 |
96 |
Sup. Disponible |
66 |
85 |
Cada uno de los módulos fotovoltaicos de 250 W necesarios tiene 1.00m de ancho por 1.70m de largo. Debido al ángulo en que se los coloca para maximizar su rendimiento, sobre la terraza del edificio ocupan una superficie de 1m de ancho por 1.4m de largo.
Sin embargo, es necesario espaciar estos módulos de manera que no se hagan sombra unos a otros, especialmente en los meses de invierno. En consecuencia, cada módulo fotovoltaico ocupa una superficie total (la superficie propia sobre la terraza y superficie necesaria para su separación del módulo siguiente) de 3m2.
Entonces, un edificio de 14 pisos requiere de 150 m2 de terraza para instalar los módulos fotovoltaicos necesarios para cubrir sus necesidades de energía durante los meses del invierno. Igualmente, requiere 102m2 si sólo quiere cubrir su demanda “promedio”, y de 96m2 si quiere cubrir las demandas de verano. Para el edificio de 7 pisos las necesidades de superficie son de 108 m2, 78 m2 y 72m2, respectivamente para invierno, mes promedio y verano.
En el edificio de 14 pisos analizado hay una superficie disponible de 5m por 17 m = 85 m2. En el edificio de 7 pisos, la superficie disponible es de aproximadamente 6 m por 11m = 66 m2 (los cuales, en rigor, no son utilizables en su totalidad porque no se encuentran ubicados de manera regular y tienen caños que podrían dificultar la instalación de los módulos).
5) Conclusión
En ninguno de estos edificios se puede instalar correctamente la cantidad de módulos fotovoltaicos necesarios para cubrir las demandas de energía, ni siquiera para los meses de mayor generación solar.
Ahora dimensionamos el banco de baterías necesario para tal sistema:
Debido a las altas potencias demandadas, hay que usar baterías de tipo “estacionarias tubulares de ciclo profundo” como las de Autobat, de 2V. (http://www.autobat.com.ar/)
Para tener un par de días de autonomía, con una demanda de 40 kWh/ día (edificio de 14 pisos) tenemos:
Días de autonomía= 2 (más un día que es el “normal” para cubrir hasta el día siguiente).
Eficiencia del Inversor y carga y descarga de las baterías= 77%
Profundidad de descarga máxima = 80% (si se descarga totalmente la batería, baja su vida útil).
Entonces la capacidad del banco de baterías en términos energéticos es:
C[Wh]=[(2+1) x 40KWh]/[0,77 x 0,8] ? 195KWh
Dadas las altas potencias que se requieren para arrancar los motores de ascensor y bomba, se debe dimensionar el banco de baterías con una tensión relativamente alta (para no tener conductores grandes, protecciones costosas y demás). Entonces el banco de baterías se hace de 96V, para lo que se requiere una serie de 48 baterías de 2V.
Entonces la capacidad del banco sería de: C[Ah]= 195KWh/96V ?2000Ah
Si se usan las baterías tubulares de autobat de 2V y 1000Ah, se necesitan dos series de 48 baterías, en paralelo.
En un piso se pueden apilar dos baterías (separándolas en el medio), por lo que tenemos una superficie de 48 baterías. Si la separamos en dos filas, tenemos 24 baterías en cada lado, y miden 25cm. cada una, por lo que tenemos una habitación que POR LO MENOS mide 6m * 2m ~ 12 m2
Esta habitación tiene que estar separada de los medidores de gas y de energía eléctrica, y estar bien ventilada y a una temperatura estable (si es en un sótano, se tiene que poner una ventilación forzada; si es en la terraza, se tiene que aislar térmicamente para asegurar que no levante ni baje mucho la temperatura)
(Para el edificio de 6 pisos se pueden poner baterías de menor capacidad, pero la cantidad total es la misma para lograr los 96 V, y el tamaño no es mucho menor)
[1] Existe una instalación fotovoltaica funcionando integrada a la red de la distribuidora Edenor en las oficinas de Capital Federal de Greenpeace Argentina desde el año 2001. Este sistema de 1,66 kWp cuenta con un permiso especial del ENRE y la distribuidora. En el marco del Proyecto IRESUD se han puesto recientemente en funcionamiento tres instalaciones fotovoltaicas integradas a la red: Centro Atómico Constituyentes, edificio Tandar: Terraza (3 kWp) y Pérgola (4,6 kWp) y en la Asociación Argentina de Amigos de la Astronomía, Observatorio de Bs.As., Parque Centenario (3 kWp).
[2] “PV Grid Parity Monitor. Residential Sector, 2nd issue”, Mayo 2013, Eclareon S.L. El observatorio de la paridad de red (GPM, por sus siglas en inglés) analiza la competitividad de la tecnología fotovoltaica con respecto al precio de la electricidad de la red para consumidores residenciales y evalúa la regulación de auto-consumo de 19 ciudades, ampliando en esta segunda edición, su radio de análisis a 10 países: Alemania, Francia, Italia, España, Reino Unido, Australia, EE.UU. (California), Brasil, Chile y México.
[3] Existe un Proyecto de Ley en el Congreso Nacional (Expediente: 5589-D-2011) que establece que “El Poder Ejecutivo nacional, a través de la Secretaría de Energía de la Nación y a través de los diferentes entes regulatorios eléctricos, deberán generar los instrumentos legales y técnicos apropiados para que todos los usuarios de servicios de distribución eléctrica puedan ser generadores de energía eléctrica en base a fuentes renovables y puedan volcar esa energía a dicha redes. Estos instrumentos deben estar en plena vigencia en todas las jurisdicciones provinciales para el 31 de diciembre de 2020. En las jurisdicciones que corresponde al Ente Nacional Regulador Eléctrico (ENRE) estas normas deben estar en plena vigencia al 31 de diciembre de 2015.”
[4] El proyecto IRESUD es parcialmente subsidiado con Fondos Argentinos Sectoriales (FONARSEC) a través de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT). Además de sus participantes directos, cuenta con el apoyo del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), la Secretaría de Energía de la Nación y las Secretarías de Energía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de las provincias de Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe.
[5] Las estimaciones del potencial y equivalencia energética tomados de “Fortalecimiento del Sector Solar Térmico. Oportunidad de Desarrollo Nacional”, presentación INTI–Gerencia de Proyectos Especiales, Expo Solar Argentina, Buenos Aires, 12/07/2013.
[6] Este número fue validado con facturas de energía eléctrica
[7] http://www.recgroup.com/Documents/Downloadcenter/Solar%20product%20downloads/Solar%20Product%20Datasheets/REC%20PE%20Series%20ENG.pdf