Una de las maneras de comprender concretamente la importancia del acuerdo mundial que se cerró ayer en la Cumbre del Clima en París es empezar a asumir las responsabilidades y obligaciones que nos competen a nosotros, medicine como parte de ese planeta que está en riesgo por el calentamiento global. Y, en ese sentido, nada mejor que analizar los desafíos que deberá asumir nuestro país.
Al respecto, Manuel Jaramillo, Director de Conservación de la Fundación Vida Silvestre, le explicó a Tiempo Argentino: “Argentina tiene varias áreas vulnerables al cambio climático. Una particularmente importante es la Bahía de Samborombón: allí habita el Venado de las Pampas, una especie altamente amenazada que actualmente sólo cuenta con 150 individuos en nuestro país. Esa zona está al ras del nivel del mar e incluso debajo de él y eso significa que, si se logra evitar el calentamiento global por encima de los límites establecidos ayer, habremos disminuido la velocidad del deshielo de los glaciares y podremos salvar de inundaciones y salinización el área vital de esta y otras especies de fauna y flora.”
Lo cierto es que, para mantener el equilibrio de la vida tanto en ese ecosistema de nuestro país como en otros tanto de aquí como de otros lugares del mundo, es imprescindible cumplir con las obligaciones que establece el acuerdo pactado ayer. Y aún todavía más. En relación a ello, Hernán Giardini -coordinador de la campaña de bosques de Greenpeace Argentina- le explicó a este medio la situación del país, y su responsabilidad en el calentamiento global (se encuentra 25 entre los países que mayor cantidad de gases de efecto invernadero emite). “Si medimos las emisiones per cápita, estamos más cerca de Estados Unidos que de África. No estamos entre los países de responsabilidad más alta pero tampoco entre los que menor tienen.”
¿Cuál es uno de los principales factores que ubica a Argentina entre estos países? La deforestación. “Nuestro país es la novena nación que más deforesta en el mundo: en los últimos 25 años perdimos 7 millones y medio de hectáreas de bosques a causa del avance de la soja en nuestro territorio. Es importante comprender que los bosques son almacenes de carbono y, al deforestarlos, se libera ese gas y se produce la contaminación. Cuando Argentina detenga la deforestación y cambie su forma de producción energética por las modalidades renovables, estará a la altura del desafío climático global que se planteó ayer”, agregó Giardini. El experto recordó además que el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en todo el planeta corresponden a la deforestación, con un porcentaje incluso mayor a la contaminación que produce el transporte a nivel mundial.
En París, Juan Carlos Villalonga -ex Greenpeace, de la Agencia Ambiental de la Ciudad– dijo que la Argentina se compromete a realizar “todos los esfuerzos necesarios” para cumplir con este acuerdo climático . Ya había adelantado su posición en su sitio oficial: “Los mejores sectores para reducir emisiones es el energético, que emite un 40% del total nacional, y la deforestación, responsable de casi el 20 por ciento. Son sectores en los que hay mucha flexibilidad para trabajar. La energía requiere un cambio tecnológico que se puede implementar desde el Estado. Y frenar la deforestación también es una decisión política. La agricultura es un sector no tan flexible y requiere otros niveles de cambio”.
Fuente: Tiempo Argentino
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