“Sesenta y ocho mil millones de toneladas de desechos se depositan en pozos o rellenos sanitarios anualmente en todo el mundo. Si las emisiones de gases que provocan efecto invernadero mantienen su nivel actual, la cantidad disponible de emanaciones para no incrementar en 2°C la temperatura del planeta se termina en 20 años. Si sumamos a los problemas mencionados el crecimiento poblacional, disfrutar de una buena calidad de vida será todo un desafío”, señaló enfáticamente el diputado nacional de Cambiemos, Juan Carlos Villalonga. Posteriormente, el ex titular de la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad de Buenos Aires resumió en su alocución: “Tanto el establishment como la comunidad internacional advierten que los tiempos se están acortando. Las grandes corporaciones están pensando cómo ir a un modelo de negocios, de generación de bienes y servicios para más cantidad de gente, sin deteriorar el ambiente de la forma en que lo están haciendo”.
por Fernando Juan- Lic. Bettina Fernandez
Cuando ir a la B implica una solución
Para enfrentar los desafíos planteados, Guillermo Schulmeier (CEO y co fundador de Emprendia, una consultora latinoamericana de comunicación) hace hincapié en el SISTEMA B. Modelo que tiene como misión construir ecosistemas favorables para un mercado que resuelva problemas sociales y ambientales, fortaleciendo a las Empresas B: aquellas que combinan el lucro con la solución a los inconvenientes socioambientales, una meta de máxima a la que aspiran los emprendedores y empresarios que transitan por el camino de la sustentabilidad. En ellas, el fin perseguido es el bienestar de las personas, la sociedad y la naturaleza (http://www.sistemab.org/espanol/el-movimiento-global). Es importante destacar que el sistema, tal como lo explicó Villalonga, va en consonancia con la teoría de la Economía Circular: consistente en la búsqueda de la eficiencia en el uso de los recursos, el deseo de dar respuestas al cambio climático y la intención de ser inclusiva en lo social. Lo diferencial, para Schulmeier, será encontrar la forma de llevar a cabo las iniciativas para combinar los tres objetivos señalados.
¿Qué requisitos se necesitan para ser B?
El principal es contar con un propósito guía que gobierne las acciones de la empresa, como por ejemplo: fortalecer las energías renovables, contribuir a la reforestación de una zona de la triple frontera, o algo más cercano, como crear productos que promuevan el bienestar y la salud.
Alineado con la aspiración se construye un modelo de negocios que debe ser rentable, pero al mismo tiempo es necesario considerar en la toma de decisiones cuatro áreas de la empresa: gobernanza, trabajadores, medio ambiente y comunidad. Un ejemplo útil para graficar es la mendocina +Ambiente, una fábrica de jabones orgánicos y ecológicos que utiliza como materia prima los aceites vegetales de cocina que desechan restaurantes de la capital cuyana; y mediante un proceso químico-conjugado con labores artesanales de mujeres de barrios vulnerables- crean los jabones que luego son vendidos a hoteles boutique y comercios de la zona.
¿Cómo ser B?
Todas las empresas B tienen una certificación internacional que otorga B Lab, la fundadora del modelo, y se logra cumpliendo rigurosos estándares de gestión, transparencia y legalidad. La certificación es una revisión detallada de todos los ámbitos de la empresa que busca identificar posibles áreas de mejora y oportunidades para ser un agente de cambio, protegiendo la misión (el propósito) y potenciando el triple impacto. En el mundo hay 1.118 empresas certificadas y 128 en Sudamérica.
¿En qué nivel de desarrollo se encuentra el movimiento?
Globalmente, según Schulmeier, viene creciendo de manera exponencial. Existen 2000 empresas en 43 naciones. En Argentina son 40, pero hay más de 70 en proceso de constitución.
Están reguladas legalmente?Hasta tanto se apruebe el anteproyecto de “Ley de Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo” no existe un amparo legal, pero pueden realizarse certificaciones.
Fuente:Impulso
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