Esta semana estuve en Rosario y junto a Roy López Molina y Gonzalo Gorostarzu visitamos al club barrial San Roque. El motivo de la visita era que se había finalizado la instalación de un equipo solar térmico que permitirá al club tener agua caliente en sus vestuarios con un mínimo gasto de energía eléctrica, algo muy importante para una institución de estas características.
Hay un par de cuestiones aquí que me parece importante destacar. En primer lugar, es muy relevante aprovechar las tecnología solar para impulsar tanto el urgente desarrollo social que nuestro país necesita y atender al mismo tiempo un uso eficiente y muy económico de la energía. Esto es muy importante para consolidar una política energética macro a escala nacional y también lo es para la economía individual, en este caso, de un club social que tiene enormes necesidades de todo tipo. La energía solar térmica conjuga de un modo simple y eficaz ese desarrollo social que necesitamos y la sustentabilidad para que ese desarrollo tenga bases firmes y de largo plazo.
Por otro lado, me resulta particularmente grato conocer las historias y el trabajo cotidiano que estas instituciones realizan todos los días. En San Roque, alrededor de 300 chicos de una de las barriadas más postergadas de Rosario, reciben contención e integración social. El club San Roque, como tantos otros, otorga a través del fútbol una inigualable oportunidad para establecer vínculos amistosos y la integración de familias completas en un proyecto social común. Es inmenso el rol que cumplen los clubes barriales en tantas ciudades de nuestro país. Por eso, estas instituciones deben ser cuidadas, potenciadas y respaldadas desde el Estado. Siempre preservándolas de manipulaciones políticas y con un extremo cuidado de su propia historia y su gente.
Cali
Nota: El equipamiento solar térmico instalado fue adquirido a una empresa rosarina y su costo fue solventado por un subsidio que gestionamos a través de la Cámara de Diputados de la Nación.
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