Si hay que destacar un tópico en la agenda de la COP28 claramente se debe señalar al Global Stocktake. Se llama así al balance de las emisiones globales en relación al efecto agregado de los compromisos asumidos por los países a través de sus NDC.
Si bien el Acuerdo de París basa su acción a partir de las contribuciones voluntarias de cada uno de los países, tiene previsto un mecanismo periódico de control y ajuste. Cada cinco años las partes del Acuerdo deben revisar sus contribuciones y actualizarlas de manera tal que nos vayamos acercando al cumplimiento de los objetivos del acuerdo.
Estos dos videos contienen una explicación sencilla de esto:
El primer Global Stocktake o Balance Mundial culmina ahora en la COP28 luego de dos años de trabajo del denominado “technical dialogue of the first global stocktake”. Arranca entonces un período de dos años en los que se deberá actualizar las NDC de manera tal que, en su conjunto, nos permitan garantizar que la suba de la temperatura global esté dentro de los objetivos climáticos de París. Esta nueva ronda para actualizar los compromisos de los países miembros del Acuerdo de París finalizará en la COP30 (2025).
Es decir, las actuales NDC deberán revisarse y aumentar su nivel de ambición en materia de reducción de emisiones. Este proceso se espera que modifique significativamente las NDC de cada uno de nuestros países.
En Argentina, el cumplimiento de la actual NDC es poco menos que un objetivo “indicativo” cuyo cumplimiento no está en absoluto incorporado en los planes de gobierno ni de desarrollo económico. Se supone, cándidamente, que para esto habrá tiempo o es una tarea que algún otro irá a hacer en algún momento.
La Conferencia de las Partes en calidad de reunión de las Partes en el
Artículo 14, inc.2 (Acuerdo de París – 2015)
presente Acuerdo hará su primer balance mundial en 2023 y a partir de entonces, a
menos que decida otra cosa, lo hará cada cinco años.
Lo cierto es que la dirigencia política tendrá que despertar precipitadamente de esta fantasía y deberá, además, ponerse a trabajar para reducir aún más las actuales metas. Será un proceso traumático. Creo que esta segunda ronda de nuevas NDC significará un impacto fuerte en la percepción pública de la política climática en nuestro escenario nacional. Estimo que algo similar sucederá en muchos países.
El informe técnico del Global Stocktake nos dice que para estar en la trayectoria de 1,5°C en el año 2030 deberemos reducir alrededor de un 43% de las emisiones en relación al año 2019; para estar en la trayectoria de los 2°C esa reducción deberá ser de cerca del 21%. Las actuales NDC están muy lejos de ese objetivo. Aún si se cumplieran, no alcanzaría. Por eso la revisión de las NDC, su actualización y la compatibilización de esos objetivos domésticos con el esfuerzo colectivo, serán el eje de la política climática en los próximos dos años y la COP28 es su round inicial.
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