Uno de los aspectos centrales del Acuerdo Climático de París es el claro reconocimiento a lo que advierte la ciencia: mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales, y aumentar los esfuerzos para limitar ese aumento a 1,5 ºC, es esencial para que los impactos del cambio climático sean “tolerables” y no impliquen fenómenos disruptivos de manera generalizada en los ecosistemas del planeta.
Esto indica que debemos comenzar ya mismo con la reducción de emisiones para llegar al pico máximo no mucho más allá de 2020 y caer a cero en 2050. Para eso muchas cosas deben ocurrir desde ahora mismo en diversos sectores de la economía. Por ejemplo, para 2050, toda la electricidad que consumamos debe ser cero emisiones y sólo sería posible un uso marginal de fósiles en el transporte. Así, todo nuevo proyecto de centrales térmicas o desarrollo de nuevos yacimientos deberá tener en cuenta este límite.
En estos días el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicó “Carbono Cero América Latina”, una vía para la descarbonización neta de la economía de la región para mediados de este siglo.
Allí el PNUMA señala tres pilares fundamentales con respecto al sistema eléctrico: a partir del 2020 toda nueva demanda es satisfecha por renovables y capacidad hidroeléctrica; la redes eléctricas se regionalizan y la generación distribuida se masifica. Tales transformaciones se logran con cambios regulatorios, redirigiendo subsidios, sin tener que pagar mayores costos y con una rápida implementación.
Los países de la región que iniciaron este camino muestran resultados y hacen totalmente creíble un escenario de cero emisiones a mediados de este siglo. Lo esperable es que Argentina despierte y comience a recorrer ese camino. Es parte de la tarea que debemos asumir para transitar de manera responsable las próximas décadas en un contexto de rápidos y profundos cambios a escala global.
Juan Carlos Villalonga
Diputados Nacional Cambiemos
Fuente: Clarin, 16/4/16
La energías producidas por las centrales hidroeléctricas, si bien no contaminan modifican el medio ambiente, colaboran exitosamente con el cambio climático
Si, claro. Que los esfuerzos sean de Argentina y América Latina. ¿y el resto del mundo? Si los que mas emiten son Norte América, Europa y ahora China. Y vayan a decirle a los yanquis que dejen de usar petroleo, si fueron los que mataron al auto eléctrico ahí en su propio país, en California. Lo que tiene que hacer aquí el gobierno es obligar a las automotrices a vender autos eléctricos en proporción creciente (año tras año) hasta reemplazar a los de combustión interna. También aumentarles sensiblemente los impuestos a los exportadores de granos que no desarrollen una transformación de esa materia prima en alimentos propiamente dichos (jamón, bondiola, chacinados en general) que requiere mano de obra y no seguir siendo “el granero del mundo” que es igual a “los estúpidos del mundo” No debemos depender de subsidios de nadie, que en definitiva nos cuestan mas caro.
El informe que cito en la nota es un análisis del PNUMA acerca de la viabilidad de realizar en la región de América Latina y el Caribe las reducciones necesarias en las próximas décadas acorde a los objetivos climáticos y de mitigación globales.