Apuntes sobre la reforma previsional

Quiero hacer un breve repaso de lo que ha venido sucediendo en estos dos años en relación a los jubilados. Esto puede ayudar a comprender de qué estamos hablando y hacia dónde deberíamos ir en esta materia. En la medida que sea necesario, podemos luego ir ahondando el análisis de cada punto.

Una de las primeras medidas específicas tomadas durante junio de 2016 fue lo que se denominó “reparación histórica”, la que permitió que más de 1,2 millones de jubilados hayan tenido una recomposición de sus haberes por encima del 30% promedio.

Esta medida se diseñó para resolver un reclamo histórico de cerca de 2 millones de jubilados que fueron perjudicados por años por el Estado argentino. Con esta medida, el Estado dejó atrás años de estafa con los haberes de los jubilados. (1)

Conjuntamente con la anterior medida se estableció la pensión universal para adultos mayores (PUAM), para que todos los jubilados tengan cobertura. Esta pensión equivale al 80% de la jubilación mínima y se actualiza dos veces al año acorde a la Ley de Movilidad (26.417).

A esto debemos sumarle el trabajo permanente y los logros alcanzados en sanear el PAMI luego de mucho tiempo de corrupción y malos manejos.

Lo que ahora se está impulsando es una reforma previsional para ir haciendo más sustentable y previsible nuestro sistema jubilatorio. Uno de los aspectos centrales de la misma es la modificación de la fórmula de cálculo utilizada por la Ley de Movilidad. Con la fórmula propuesta, por ejemplo, las jubilaciones no volverán a perder frente a la inflación como ya ocurrió en los años 2014 y 2016.

Eso ocurrió porque actualmente se actualiza semestralmente en base a un índice compuesto por dos variables: Variación de salarios y la Variación de los recursos tributarios de ANSES. Esta fórmula no ajusta por inflación, situación que resulta ser una anomalía cuando uno lo compara con lo que ocurre en sistemas previsionales a nivel internacional.

La nueva fórmula que se propone ajusta trimestralmente y está compuesta por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), inflación, y por una variable llamada RIPTE, que es la remuneración imponible promedio de los trabajadores estables y se publica todos los meses desde julio de 1994.

Es decir, la movilidad bajo esta nueva fórmula nunca hará que los aumentos de las jubilaciones sean menores a la inflación. Por ejemplo, acorde a las estimaciones para el próximo año, las jubilaciones van a crecer 5 puntos por encima de la inflación.

El proyecto de ley también introduce el 82% del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) para los jubilados de la mínima con 30 años de aporte. Esto significa un aumento desde el mes que viene para más de 1,2 millones de jubilados.

Estas dos medidas, no constituyen una reforma integral del sistema. Recordemos que la revisión integral del sistema de jubilaciones estará a cargo de la Comisión Bicameral para la Reforma Tributaria, que la Ley de Reparación Histórica, en su artículo 77, manda a crear, pero que aún no fue constituida.

La comisión estará integrada por 15 diputados y 15 senadores y se encargará de evaluar las propuestas del Gobierno tanto de índole impositiva como previsional.

El sistema previsional en Argentina está en una profunda crisis y esto necesita ser atendido de manera urgente. Si bien tendremos un 98% de los jubilados con cobertura, el sistema está muy lejos de ser sustentable. Esta situación crítica responde, por un lado, a los desmanejos que han ocurrido en la ANSES durante años, pero también, existe una progresiva modificación en las proporciones de aportantes y beneficiarios que está llevando a la crisis a todos los sistemas previsionales en el mundo. Esto requiere de un análisis muy claro y evitar prometer falsas soluciones.

Recordemos, finalmente que el 76% del presupuesto nacional de 2018 se destinará a la inversión social, récord en nuestra historia. Esto puede entenderse positivamente, desde una perspectiva de sensibilidad social, pero también, hay que decirlo, es insostenible en relación a los ingresos del Estado. Es imposible de sostener, no ya en el mediano y largo plazo, sino a muy corto plazo.

Por eso, la reforma planteada es una aproximación a los cambios estructurales que deben venir a través de la revisión integral del sistema previsional. Más aún, esa revisión integral debería enmarcarse en una revisión integral de los principios básicos en los que se fundamenta hoy la economía nacional y de las provincias.

Cali

Notas

(1) Un cuestionamiento que me han hecho llegar dice: “…es una PROMESA INCUMPLIDA. Diego Rubinzal lo precisa con datos oficiales acá: y, además, no afecta al 65% de jubilados que cobran la mínima”.

Del artículo al que se hace referencia, me señalan estos párrafos: Lo cierto es que los resultados efectivos de la “reparación histórica” estuvieron muy lejos de las promesas iniciales. Los funcionarios nacionales argumentaron que la aplicación de esa norma implicaría una transferencia de 185.000 millones de pesos a 2.400.000 beneficiarios potenciales (100.000 millones de pesos por cancelación de juicios y 85.000 millones por actualización de haberes). Los números son muy distintos a un año y medio de la sanción de la ley.

En primer lugar, los beneficiarios suman 1.154.393 personas (alrededor del 18 por ciento del padrón general). En segundo lugar, los fondos destinados a ese programa apenas alcanzan los 36.531 millones de pesos en concepto de retroactivos e incremento de haberes.

La promesa oficial referida a que se reduciría la litigiosidad previsional tampoco se verificó. Los abogados previsionalistas sostienen que los juicios no se detuvieron.

No me parece que de la promesa o los resultados esperados estemos lejos. Está escrito en la nota, se estimó que esta medida alcanzara a unos 2 millones de personas y, efectivamente, ya se ha alcanzado a alrededor de 1,2 millones. Se espera que durante 2018 eso se alcance. Recomiendo chequear los valores actualizados en el link que coloqué en el cuertpo de la nota. También era absolutamente predecible que muchos juicios continuarían. Lo que ha cambiado es la voluntad del Estado de resolver esta conflictividad, ya no hay una voluntad obstaculizadora como antes.

La Reparación Histórica es sólo una primera medida paliativa tomada para ir corrigiendo al sistema previsional, de tal modo de corregir sus inequidades y haciendo más sustentable su funcionamiento. Por lo tanto, de ningún modo esta única medida pretende resolver todos los problemas existentes en el sistema jubilatorio. Para eso, en la propia ley de reparación histórica, se genera el ámbito donde se desarrollará el nuevo modelo del sistema previsional.

 

 

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